BURBUJAS ESPECULATIVAS EN EL PERÚ
Autor: CARLOS PARODI
Fuente: http://blogs.gestion.pe/economiaparatodos/2013/01/burbujas-especulativas-parte-1.html
Esta es la primera de tres entregas sobre la definición y causas de las burbujas especulativas. Conviene precisar el tema dado que las burbujas tienden a formarse en períodos de fuerte crecimiento económico como corresponde al caso peruano actual.
La historia económica mundial está plagada de crisis financieras, la mayoría de las cuales han estados asociadas a la conformación y posterior colapso de una burbuja especulativa en el precio de algún activo. El activo puede ser financiero como una acción o no financiero, como una vivienda o una materia prima. También puede ser el tipo de cambio, en cuyo caso asume el nombre de crisis cambiaria. En otras palabras y tal como ocurrió con la primera crisis financiera internacional del siglo XXI, el colapso de la burbuja inmobiliaria en 2006 precipitó la crisis financiera de 2007; es decir, las crisis financieras por lo general siguen a una burbuja en el precio de un activo.
El uso común del sustantivo burbuja alude al crecimiento explosivo y no sostenible en el precio de un activo durante un período corto de tiempo. Explosivo en el sentido que la trayectoria no puede ser explicada en su totalidad por razones fundamentales y no sostenible porque luego del crecimiento desmedido sigue una disminución, casi en la misma magnitud. En ambas fases, predominan aspectos sicológicos del comportamiento de los inversionistas: primero, excesivo optimismo y luego pesimismo.
Por lo tanto, una burbuja está asociada al incremento dramático en el precio de un activo seguido por el colapso del mismo y aparece cuando el precio excede al valor fundamental, es decir, ante una desviación en el precio de un activo que no puede ser explicada por los fundamentos, como la tasa de interés o el crecimiento de la productividad; dicho de otro modo, en teoría el precio de un activo puede separarse en un componente determinado por razonesfundamentales y otro componente especulativo, que refleja la euforia o depresión irracional del inversionista; el segundo corresponde a la burbuja, que tiende a ocurrir por que el inversionista tiene la expectativa o creencia que podrá revender el activo a un precio mayor en el futuro.
La historia financiera está colmada de ejemplos que muestran una evolución de los precios semejantes a una burbuja; las primeras fueron la tulipmanía en Holanda (1636-1637), la burbuja del Mississippi (1719-20) y la burbuja del Mar del Sur (1720). Luego aparecerían burbujas relacionadas no solo con las acciones, sino con las viviendas, ferrocarriles, deuda, etc.
La definición descrita es sencilla pero problemática. No solo es imprecisa, sino que es ambigua; en primer lugar está el problema de la identificación o detección de una burbuja: ¿cuánto debe subir el precio de un activo y a qué rapidez para calificar como burbuja?, ¿cuándo un aumento en el precio de un activo corresponde a una burbuja y cuándo no? Ambas preguntas son válidas, pues los precios pueden tener variaciones bruscas, sin que ello configure una burbuja.
En segundo lugar, ¿cómo saber cuál es elvalor fundamental de un activo, de modo de concluir que una desviación del precio respecto de ese valor constituye el inicio de una burbuja? En tercer lugar, ¿qué origina una burbuja?; en cuarto lugar, bajo el supuesto de haber superado los obstáculos anteriores, ¿puede desinflarse la burbuja sin desencadenar una crisis financiera?2 o planteado de otro modo, ¿toda burbuja origina una crisis financiera? En quinto lugar, ¿cuál es la respuesta apropiada de política?
Comencemos por la definición. Una burbuja financiera es una situación temporal, caracterizada por una elevación en el precio de algún activo más allá de su valor fundamental, medido como el valor presente del flujo esperado de rendimientos del activo, descontados a una tasa que refleje las preferencias del inversionista; desde luego, el problema es cómo saber que el aumento en el precio tiene como causa una mejora en los fundamentos o solo sube por un tema de expectativas, es decir, psicológico; en el primer escenario no habría burbuja, sino un movimiento en el precio.
La intuición detrás de una burbuja es simple: "si la razón por la cual el precio es alto hoy es solo porque los inversionistas creen que el precio de venta de mañana será mayor, sin que los factores fundamentales justifiquen ese precio, entonces existe una burbuja".
¿Fundamentos o especulación? La separación es compleja y no existe consenso al respecto; el problema es que las recomendaciones de política dependerán de la aceptación de una u otra posición, por lo que no es una simple curiosidad académica. Por ejemplo, la percepción respecto del precio de un activo puede cambiar si aparecen noticias nuevas y positivas respecto de la economía; en ese caso, aumenta la demanda por el activo y con ello su precio sin que sea una burbuja, pues está justificado por los fundamentos del mercado. ¿Y si el anuncio original es falso?
El inversionista sigue al mercado e incorpora la información disponible para tomar decisiones; en el caso descrito, el resultado, ¿será o no una burbuja? En las siguientes entregas iremos desenredando el problema.
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1. (Significado del título) Esta es la primera de tres entregas sobre la definición y causas de las burbujas especulativas.
2. Una burbuja no es igual a una crisis financiera; Un boom en el precio de un activo implica huir del dinero e ir sobre el activo, mientras que una crisis financiera alude a lo contrario, huir del activo e ir sobre el dinero u otro activo más seguro. Además, no todo estallido de una burbuja genera una crisis financiera, aunque la mayoría de estas últimas han estado precedidas por la primera.
3. En el caso de una acción el valor fundamental es igual al valor presente de los dividendos esperados, descontados a los tipos de interés esperados. A mayores dividendos, mayor valor presente.
4. Stiglitz Joseph (1990), "Symposium on Bubbles", en, Journal of Economic Perspectives, Vol. 4, N°2, p. 13. La traducción es libre.
2a Parte
En la entrega anterior definimos qué era una burbuja especulativa; veamos otra forma de pensar en una burbuja: las burbujas aparecen cuando el precio de mercado de un activo se separa del propósito básico del activo en cuestión. El mejor test para detectarlas consiste en preguntarse si queremos comprar el correspondiente bien de consumo para usarlo o el bien de capital para disponer de su capacidad para generar ingresos o con vistas a venderlo, para obtener un precio mayor en el futuro.
En el caso de las viviendas, esto sucede cuando dejan de ser consideradas como un lugar para vivir y pasan a convertirse en un "negocio", es decir, compro para esperar que suba y vender después; en el de los títulos-valores (acciones o bonos), cuando en lugar de sus dividendos futuros nos interesa conseguir con ellos un precio-objetivo a un plazo determinado. El problema es que no parece haber una referencia clara sobre el precio real de las cosas, si es que existe tal precio como algo conceptualmente distinto de su precio de mercado. Por lo tanto el razonamiento es circular: creemos que existen burbujas porque las cosas tienen un precio superior al real, pero no sabemos cuál es ese precio real.
Dicho de otro modo, una burbuja aparece cuando el precio de un activo excede a su valor fundamental porque los propietarios de los mismos creen que pueden revenderlo a un mayor precio en el futuro. Lo cierto es que a pesar de los avances en la identificación de las burbujas quedan preguntas por resolver, como la inexistencia de modelos formales que expliquen cuándo y por qué comienzan así como la actitud del banco central frente a una burbuja. Dos economistas que han estudiado el tema de las burbujas son Minsky y Shiller, cuyas interpretaciones revisaremos brevemente a continuación.
Hyman Minsky (1992) desarrolló la hipótesis de la inestabilidad financiera; la fragilidad financiera aumenta durante los períodos de auge. La estabilidad es desestabilizadora, pues genera comportamientos que debilitan al sistema financiero. El crecimiento económico estable y sostenido, la baja inflación y otros indicadores alteran el comportamiento de los inversionistas, despiertan los espíritus animales y aparece la euforia especulativa.
La sensación de complacencia, típica de períodos de tranquilidad, gatilla un proceso que lleva a los inversionistas a asumir riesgos excesivos; dicho de otro modo, la estabilidad altera la percepción sobre el riesgo y el significado de un nivel de deuda aceptable y el inversionista asume mayores niveles de deuda y riesgos; el boom crediticio es la respuesta del sistema financiero que también es víctima del mismo optimismo.
En determinado momento, el exceso de deuda, tanto de los inversionistas como de las entidades financieras obliga a vender activos para poder cumplir con los pagos. La venta masiva de los mismos lleva a caídas en los precios y a mayores pérdidas.
Robert Shiller, economista de la Universidad de Yale, conocido como Mr. Bubble, predijo, tanto la burbuja de las acciones tecnológicas de fines de los noventa como la inmobiliaria, cuyo colapso originó la crisis de 2007 en los Estados Unidos. Shiller define a una burbuja como un incremento insostenible en los precios debido al comportamiento comprador de los inversionistas y no por información genuina y fundamental sobre su valor. En el mismo sentido, desarrolla la teoría del feedbackloop.
En primer lugar aparecen algunos factores que precipitan el aumento en la demanda de los inversionistas y por ende el aumento inicial en el precio. En el caso de la burbuja tecnológica de fines de los noventa lista doce factores, entre los que destacan la aparición de la Internet y el impacto de la misma sobre la opinión pública, el triunfalismo y la caída de rivales económicos externos, la profundización de valores materialistas, la expansión en los medios de comunicación de la cobertura de las novedades de los negocios, etc.
Dicho de otro modo, un grupo de factores despierta un exceso de optimismo por parte de los inversionistas y como consecuencia de ello aumentan la demanda por el activo.
En segundo lugar, el aumento inicial en el precio eleva la ganancia de los inversionistas, por lo que ellos mismos u otros, cuyo objetivo es la especulación, generan una segunda vuelta de compras, lo que eleva nuevamente el precio y origina una tercera vuelta, etc. El proceso es sostenido por el aumento en el precio. De este modo, un grupo de factores precipitaron el aumento inicial en el precio, que es amplificado a otros incrementos no justificados por razones fundamentales, sino consecuencia de las expectativas.
En una versión, la retroalimentación ocurre porque los incrementos anteriores en precios generan la expectativa de una elevación del precio en el futuro. En otra, la razón es una confianza creciente por parte del inversionista en respuesta a aumentos anteriores en el precio; inclusive podría tratarse de razones emocionales.
Sea cual fuere la razón, la burbuja especulativa no puede crecer para siempre; en determinado momento el incremento en precios termina, pues los inversionistas dudan de mayores aumentos en el precio o sus niveles de endeudamiento ya no les permiten mantener la demanda y estalla la burbuja; como el precio deja de aumentar, no existe razón para mantener el activo y procede el mecanismo inverso: la venta del activo y la consiguiente disminución en el precio.
El mecanismo descrito permite comprender que la persistencia en la tendencia del precio de un activo puede explicarse por razones psicológicas vinculadas con las expectativas.
3a Parte
Uno de los investigadores más conocidos en el tema de burbujas es Charles Kindleberger, quien utilizó un modelo desarrollado por Hyman Minsky (ver entrega anterior) para interpretar las crisis financieras de Estados Unidos, Gran Bretaña y otras economías de mercado. Identificó el ciclo de una burbuja a través de siete fases, que cubren desde el inicio del boom hasta el colapso:
- Choque exógeno a las expectativas o displacement: las burbujas en el precio de un activo comienzan cuando eventos inesperados, significativos y repentinos desplazan las expectativas previas con respecto a los retornos futuros de ciertos activos. La historia muestra que los activos pueden ser bonos, commodities, monedas, acciones o viviendas. Shiller, a quien nos referimos en la entrega anterior, señala que la aparición de la Internet, es decir una innovación tecnológica, llevó a que los compradores decidan adquirir acciones de las empresas vinculadas al sector en cuestión. El resultado fue el aumento en el precio del activo, que inició el proceso de retroalimentación y la burbuja de las acciones tecnológicas de fines de 2000 en Estados Unidos.
- Expansión o boom crediticio: Las burbujas requieren de un sistema financiero que provea el crédito a las familias y empresas para comprar el objeto de la especulación. El cambio en las expectativas genera que el sistema financiero evalúe al panorama como menos incierto y otorgue más préstamos; como no perciben los riesgos, la competencia entre las entidades financieras lleva a una relajación de los estándares crediticios. La oferta de crédito es procíclica, en el sentido que aumenta cuando la economía crece y disminuye durante la contracción; es decir, sigue al ciclo económico, lo que aumenta la probabilidad de una crisis. El especulador piensa así: compro hoy a un precio determinado y vendo mañana a un precio mayor. Esta etapa muestra que sin un boom crediticio no es posible el desarrollo de una burbuja. La burbuja continúa, pero con mayores niveles de endeudamiento, tanto de las instituciones financieras como de las familias. En síntesis, el boom de inversión es financiado por un boom crediticio y por nuevos instrumentos de crédito, que elevan la deuda de la economía como un todo. El precio del activo aumenta a un ritmo mayor, hecho que aumenta aún más la demanda por el mismo.
- Una nueva visión: Las autoridades del país también son víctimas del proceso y acuñan frases para justificar el proceso, como el milagro asiático, la nueva economía, esta vez es distinto, los buenos tiempos, etc. Sin embargo, el aumento en la demanda presiona sobre una oferta que, en especial en el caso de las viviendas, no puede aumentar al mismo ritmo. Los precios crecen más rápido y un grupo importante de inversionistas hace enormes ganancias. Recuerde el lector:compro barato y vendo a un precio más alto. Hacer dinero nunca fue tan fácil. La irracionalidad triunfa sobre la racionalidad.
- Euforia: Los inversionistas especulan con el precio futuro y atraen compradores con poca experiencia en el tema; aparecen algunos llamados de alerta que no son escuchados. Es la etapa de la euforia u optimismo injustificado respecto del aumento en precios. Inclusive aquellos que reconocen que el colapso de precios es posible, optan por esperar hasta el último antes de vender, pues todos observan la facilidad en que un grupo cada vez mayor de personas acumula riqueza.
- Los expertos ganan: los compradores que tienen un mayor conocimiento del mercado notan el poco realismo del aumento en el precio y aparece el miedo a perder lo ganado. Entonces, de manera gradual, los conocedores comienzan a vender, con lo cual comienza el principio del fin.
- Colapso de la burbuja y pánico financiero: La lógica de la especulación o comprar para vender tiene un límite. Puede ser alguna noticia inesperada o el fin del crédito fácil, pero el hecho real es que el miedo, que reemplaza a la euforia, lleva a los tenedores del activo a vender. El problema es que ya no existen más compradores y el miedo da paso al en pánico. La caída de los precios equivale al estallido de la burbuja. Los activos pierden valor, las quiebras bancarias son masivas y la actividad productiva declina.
- Repercusiones: La crisis genera demandas, tanto del público como de las empresas financieras y no financieras, por reformas que reduzcan la probabilidad del surgimiento de nuevas burbujas y medidas urgentes para mitigar el daño.
En pocas palabras y como sugiere el dicho popular, todo lo que sube rápido, baja rápido.
¿Cuáles son las causas de una burbuja? Un cambio de actitud del público, manifestada en la expectativa de que el precio continuará subiendo y por eso decide comprar más del activo en cuestión; la mayor demanda genera que efectivamente el precio continúe la tendencia hacia el aumento. Es una profecía autocumplida.
Una vez iniciada, el proceso es autosostenido y el fenómeno adquiere características solo psicológicas. El alza y la posterior caída del precio del activo son las características distintivas de la burbuja. El desarrollo de la burbuja está basado en tres creencias: la expectativa de que el precio seguirá subiendo en el futuro, la creencia contraria, es decir, que no bajará y el temor de perder la oportunidad en caso no comprar hoy.
En términos simples, compra ahora y vende después, pues el precio subirá. Si un grupo importante de compradores piensa igual, entonces efectivamente la mayor compra hace subir el precio, sin que ello tenga fundamento alguno, más allá de las creencias.
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