LA BURBUJA DE INTERNET 2/4
INTRODUCCIÓN: Este artículo lo publiqué en http://winred.com el día 1 de marzo del 2000, pero lo escribí mucho antes. Recuerdo que imprimí varias copias y las repartí en el Primer First Twesday que se celebró en Barcelona, sospecho que fue a fines del 99, pero no recuerdo la fecha. Nació de una conversación con Pep Valles, el creador de Terra, en la que le expliqué que la gente no era tonta y nadie compraría acciones de empresas en Internet sin saber como funcionaba eso. Insistí en que los costos son reales, aunque el negocio sea virtual, los costos son iguales a cualquier empresa (excepto si vende productos o servicios 'clic').
Me equivoqué. La estupidez humana es infinita. Terra vendió acciones y nació la Burbuja de Internet y Pep ganó varios millones y yo no hice negocio, en parte porque nunca creí que se venderían opciones virtuales de beneficios futuros y en parte, quizás, porque no tengo espíritu de especulador.
En cualquier caso, este artículo te servira mucho si estas en Internet o quieres hacer negocios por la World Wide Web.
Historia de dos ideas
(... o de cómo y por qué hay empresas
que pierden dinero en la www ...)
Cuentan, los que saben contar, la historia de dos comerciantes del barrio de Gracia, que tenían pequeñas tiendas muy similares en calles cercanas y no se conocían, aunque ambos se parecían en el deseo de aumentar sus ventas y ganar dinero.
Uno de ellos, Manel de nombre, pensó y pensó y llegó a creer que si aumentaba la población en el mundo, o en España, o al menos en Barcelona, sus ventas aumentarían y de tanto pensar llegó a la conclusión de que sólo bastaría con que aumentase la gente que pasaba por su calle, ya que le pareció difícil y fuera de su alcance aumentar la población mundial, nacional o local, de modo que sensatamente contrató un pasacalle -dos payasos y un comefuegos- que actuarían cada día frente a su tienda.
Manel sabía que con lo que vendía normalmente no alcanzaba a cubrir sus costes e hizo ese esfuerzo, porque si vendía el doble no sólo podría atender todos los pagos, sino que además ganaría dinero. Ocurrió que se llenó de gente la calle, madres con sus hijos y chavales y chavalas que salían del colegio y oficinistas retrasados y transeúntes despistados y … ¡exacto! Manel dobló sus ventas … pero, que tragedia, no llegaba a cubrir los costes que habían aumentado con los payasos y el comefuegos que además, comía cada día.
Pero Manel no se rendía fácilmente y contrató cuñas en la radio y publicidad en vallas y en cabinas telefónicas y la calle, su calle, se llenó a rebozar de gente y otra vez dobló sus ventas y … el resto de la historia ya lo saben ustedes … sus costes subieron y entonces Manel pensó …(¿salir a Bolsa…?)
El otro se llamaba Sergi y también pensó y pensó y se le ocurrió que si era diferente, pero de verdad diferente, podría aumentar sus ventas y como era joyero se orientó a vender relojes y pensó en vender sólo relojes deportivos, pero aún así existían muchos deportes e infinidad de modelos y Sergi quería ser el Rey de su sector, aunque fuese un sector muy pequeñito y pensando, pensando se decidió por los relojes deportivos para submarinistas. Liquidó todo su stock e invirtió su dinero en el mejor surtido en relojes para este deporte; se suscribió a las revistas especializadas del sector y se dedicó a visitar los clubes de submarinistas.
Organizó una publicidad directa a los socios de los clubes y ofreció un premio en un concurso. En la trastienda decoró una zona como un bar de puerto y le puso por nombre "La Taberna del Pulpo con Pena", en la cual invitaba a sus clientes y hacía tertulias. Puso un vídeo permanente con escenas subacuáticas, dejó las revistas (para que las leyeran o se las llevaran), abrió un diario mural con información sobre competiciones y noticias del mundo submarino y dejó sobre una mesa unos catálogos de sus productos. Pronto sus clientes lo hicieron un lugar de referencia en Barcelona, tanto que cuando venía algún submarinista de otra provincia o de otro país, visitaban la tienda de Sergi antes que la Sagrada Familia …
La moraleja es clara, pero si queda alguna duda, expliquemos los dos sistemas desde la luz del marketing.
El método utilizado por Manel se conoce (o se conocerá) en marketing como el Método del Burro tras la Zanahoria y sus ventas se producen por efecto de la Ley de Poisson [1] (que funciona aunque no se la conozca), sólo que en virtud de esa ley, a veces conocida como Ley de los Casos Raros, la venta siempre es un porcentaje exiguo (un tres o cuatro por mil) de los visitantes.
El método utilizado por Sergi se conoce como Diferenciación por Segmentación del Mercado Potencial o por el dicho popular que dice que en algunos casos "es mejor ser cabeza de ratón que cola de león". Ah, y las ventas no dependen [2] de la Ley de Poisson.
[1] Simeon Denis Poisson (1781-1840) físico y matemático francés que no se debe confundir con Jeanne Antoinette Poisson, Marquesa de Pompadour.
[2] Dependen de los sistemas y técnicas de ventas que se utilicen, siendo irrelevantes las ventas que se consigan con la ayuda de Poisson.
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